Música y baile fueron parte de la feria donde se buscaba compartir vivencias entre grupos intergeneracionales de la provincia.
Ibarra. “La Casa del Abuelito”, fue el nombre de la feria que se llevó a cabo el jueves 31 de octubre, en el Patronato Provincial de Imbabura, en este evento 40 grupos de adultos mayores de toda provincia mostraron sus trabajos manuales y compartieron sus experiencias.
La alegría y asombro fue evidente en los rostros de los niños mientras escuchaban las vivencias de Minita, una mujer de 76 años que pertenece al grupo del adulto mayor de Pugacho, en su diálogo recomendaba a los menores que, “sean niños estudiosos y respetuosos para que lleguen a ser grandes profesionales”.
Cristofer Andrango de 10 años explicó que es una bonita experiencia compartir con los adultos mayores, sobre todo le llamó la atención saber que hace años se utilizaba tiza, pizarra y un borrador de trapo para la enseñanza en las escuelitas, además que el maíz se molía en piedra para obtener la harina para las tortillas de tiesto, “debemos respetar a nuestros abuelitos porque saben muchas cosas interesantes, además así como ahora les tratamos, nuestros hijos lo harán más tarde”.
La Casa del Abuelito es parte de la campaña “No Los Dejemos Solos” que tiene como objetivo valorar a los adultos mayores y recuperar las tradiciones, gastronomía y cultura que los abuelitos tienen para compartir, “trabajamos con los niños para que puedan entender y sensibilizarse de que a los abuelitos los tenemos que respetar y cuidar hasta el último día de sus vidas”, dijo Ana Arias, técnica del proceso Ciclos de Vida del Patronato.
Rosa Reyes, de 74 años actuó como profesora de la ‘escuelita del ayer’ mientras explicaba cómo era la enseñanza de antaño manifestó que esta clase de actividades les llena de vida, les hace recordar sus vivencias, “gracias por darnos ánimo moral para seguir nuestra vejez con alegría y sintiéndonos útiles”.
El encuentro intergeneracional entre niños y adultos mayores de la provincia de Imbabura se convirtió en una verdadera fiesta, mientras los niños visitaban los stands de la feria, varios adultos mayores y visitantes se convirtieron en verdaderos bailarines mientras entonaban canciones tradicionales.